MITOS

Para la gente de antaño, las entidades o personajes de la mitología popular no eran propiamente “mitos” como lo conocemos hoy. Eran entes reales, que estaban por ahí y que, en alguna medida, hacían parte de la comunidad. Nadie ponía en duda la existencia del mohán, el poira, la madremonte, el duende, el tunjo y otros. No había quien negara la realidad de las almas en pena que recorrían de noche los caminos. O salían de los cementerios o asustaban en las casas antiguas. Y, por supuesto, otro ente verdadero era el diablo que se aparecía de distintas maneras para engañar a los incautos o asustar a los hombres malos o de vida desordenada

MadreMonte

FOTO SALA DE PRENSA GOBERNACIÓN DEL HUILA
Aunque en las representaciones folclóricas la madremonte es personificada como un espantajo cubierto con hojas del bosque, la leyenda dice que está semideidád malévola puede tomar cualquier apariencia, desde una mujer bella hasta un animal.
Por eso, cuando se transita por la selva hay que tener cuidado si se topa con una joven bonita que dice estar perdida, porque si trata de socorrerla, puede ser devorada la persona caritativa. Otras veces se presenta como una hermosa pava que se posa en las ramas de los árboles. El cazador que la ve, le apunta con la escopeta, pero cuando se dispone a apretar el gatillo,el ave vuela a otro árbol y el desdichado cazador continua siguiéndola en procura de poder dispararle. Así lo va conduciendo hasta el fondo de la manigua, donde finalmente lo devora.



El Mohán

FOTO SALA DE PRENSA GOBERNACIÓN DEL HUILA
Según la leyenda, el mohán es una entidad de las aguas que mora en profundas cuevas del río Magdalena. Se le representa con figura de indígena, fornido y de larga cabellera de color azabache; y adicto a fumar tabaco. Dicen que se roba las mujeres jóvenes y bonitas, las cuales se lleva a vivir con él en las cavernas subacuáticas. Los pescadores le temen porque les espanta los peces o les enreda las atarrayas, para impedirles realizar su faena. Por eso, aún los pescadores acostumbran
amarrarles un trozo de cobro a las redes, a manera de “contra” o amuleto para ahuyentar el mohán. Pero existe también la opción de convertirlo en amigo, mediante ofrendas de tabaco que se depositan sobre alguna piedra de la orilla para el mohán las tome, cuando no es visto. Aseguraban los viejos pescadores que era muy bueno hacerse amigo de él, ya que eso les garantizaba abundante pesca y los favorecía de cualquier percance en el río



El Poira

FOTO SALA DE PRENSA GOBERNACIÓN DEL HUILA
Es el poira uno de los mitos más populares del folclor huilense y, a diferencia del mohán que tiene la piel oscura y la cabellera negra, su epidermis es dorada y su cabellera larga y rubia. Habita también en profundas cavernas ocultas por remansos e igualmente se le atribuye el secuestro o seducción de niñas y jóvenes que se lleva a vivir con él y que, al cabo de algún tiempo, devuelve.Dicen que el poira canta y con su voz embruja a las mujeres. Tiene su lado bueno consistente en que si se le invoca hace que los cuerpos de personas ahogados aparezcan. No hay desfile folclórico sin el poira cuyo rostro oculta bajo un gran sombrero alón y de copa puntuda.



    NARRACIÓN DEL MITO DEL POIRA